sábado, 25 de diciembre de 2010

Llegó el 25 y otro año más estoy a dos velas

La noche del 24 pasó lo de siempre. Una cenita con la familia mientras se oía de fondo la mierda que ponen en la televisión para luego salir un poco por ahí. 

En la televisión como siempre estaba el rey en todos los canales (nose como lo hace, es flipante, para salir en todos a la vez). Bueno en fin llegué y me acosté.
¡Llegó el esperado 25 de diciembre para todos esos niños que esperan ansiosos sus regalos en el árbol de navidad! Yo hace años que perdí la ilusión de despertarme temprano, ¿para qué!?, pues me levanto a las 12:00 y nada un día normal en casa, miro como el que no quiere la cosa para el árbol de navidad mientras desayuno/almuerzo, y nada que no hay nada.

Al salir a la calle, todos los niños con sus regalos preguntando a sus colegas ¿qué te han regalado? —Una game boy color! decía uno ilusionado. Pero cuando me preguntaban a mí y yo les soltaba que unas botas de fútbol (mentira), porque me daba vergüenza por los padres tan ratas que tenía.

En fin, la noche buena y navidad para mi es un día normal y corriente donde no se trabaja y se cena de puta madre, y como no, donde se cantan los absurdos villancicos que carecen de sentido, como por ejemplo Hacia Belén va una burra, rin rin.. Esto tiene que ser un teléfono móvil! Es que las burras estaban muy adelantadas Y atención ahora: Yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité ¿Yo me eché un remiendo, yo me lo quité? ¡Ésta es Pamela Anderson! ¡La que se puso las tetas y luego se las quitó!. En fin una navidad como un día cualquiera

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