miércoles, 2 de enero de 2013

El típico fin de año

 El 2012 ya es historia, el mundo entero se ha reunido para despedir el 12 y darle la llegada a su sucesor el 13. Como es habitual, una quedada monumental en los cascos de las ciudades y pueblos para despedir el 2012 y darle la bienvenida al 2013 protagonizada por alcohol, uvas y mucho descontrol. Nadie se quiere perder esta fiesta y salir a la calle de lo más elegante posible como si el día 31 fuese una boda o una comunión, pero así parece ser, creerán que todos los años se merece salir de gala, aunque no tenga dinero para comer, tengo dinero para emborracharme con un dolce & gabanna y combinarlo con el estilo musical que menos le pega, solo porque vamos a la moda.

Este año no hay cuartos —Eso había el año pasado? Y era cierto porque no me dio tiempo de comerme las doces uvas, una tradición muy rara que todavía no entiendo porque lo hacemos y que seguro que la mitad de nuestra sociedad nunca se lo ha planteado, se dice que es por deseos, uno por cada mes o alguna cosa de esas, yo por si acaso me las como. En fin que suenan las campanadas y hala las felicitaciones de todo el mundo, —¡Feliz año nuevo! —Si yo no te conozco de nada! Besos por aquí, besos por allá y la noche se quedan en manos del alcohol y la música, esta última no influye en nada si vas hasta las cejas de alcohol y otras sustancias. Es cuando a la 1:00 am la mitad de los mortales que beben no son personas y comienzas las etapas del alcohol, con pelas con la gente, llantos, risas o los vómitos todos ellos sin sentido alguno. En galardonado hasta las cejas empiezas a perder prendas y a rozar tu cebolleta por los culos ajenos sin que te importe su sexo, aquí es cuando una te sigue el rollo y mientras suena la última de Daddy Yanke empiezan los besuqueos y a comerse la boca! Y la fiesta no acaba hasta que amanezca. A esa hora ya nadie es persona, tumbados en bancos públicos, adornados con los cotillones como si de un árbol de navidad se tratase con más vodka por metro cuadrado que en la comunión de Melendi. Y llegas a tu casa, no sabes cómo y con semejante dolor de cabeza duermes hasta hoy día dos. Y puedes coger el móvil y encontrarte tus mejores fotos y saber un poco que paso la noche del 31 y poder así felicitar el año nuevo pues… pues a todo el mundo sin saber si ya la habías felicitado antes de la tranca.
En fin que se trata de una celebración donde el macho ve la única opción del año donde puede pillar cacho con gente de otra nacionalidad, borracha, claro está y si esa noche triunfas, este año será muy bueno. Bueno, Feliz año nuevo, nos vemos por aquí

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